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La vacuna contra la info-toxicidad: pensar como adultos en un mundo VICA

Melina Furman fue bióloga, investigadora del CONICET y doctora en Educación por la Universidad de Columbia. Se convirtió en una referente en innovación educativa en América Latina. En sus libros —Enseñar distinto (2019), Guía para criar hijos curiosos (2020) y La aventura de enseñar ciencias naturales (2008)— planteó que el desafío de la escuela no es sólo transmitir contenidos, sino preparar a los estudiantes para un futuro incierto (Furman, 2019, Furman, 2020).

Apoyada en investigaciones en psicología cognitiva y neurociencias de la educación (How People Learn, National Research Council, 2000; Bransford et al.), Furman destacó cuatro habilidades esenciales:

  • Aprender a aprender: organizar información y gestionar el propio aprendizaje.

  • Pensamiento crítico: cuestionar supuestos y distinguir hechos de opiniones.

  • Resolver problemas: diseñar soluciones en contextos inéditos.

  • Metacognición: reflexionar sobre la propia forma de aprender.

Si estos ejes eran centrales en la formación de niños, ¿cómo no trasladarlos al mundo adulto? En un contexto VICA —volátil, incierto, complejo y ambiguo—, la sobreabundancia de información genera info-toxicidad. No necesitamos más datos: necesitamos criterio.

Aplicados a profesionales e ingenieros, los cuatro puntos de Furman cobran nueva fuerza. Aprender a aprender implica trazarse una agenda de actualización continua. Pensamiento crítico significa analizar reportes, algoritmos y planes estratégicos antes de ejecutarlos ciegamente. Resolver problemas supone innovar sin recetas, prototipar y trabajar en red. Y metacognición se traduce en revisar nuestras propias decisiones, aceptar errores y reorientar el rumbo.

El legado de Furman ofrece un marco lúcido: la vacuna contra la volatilidad no está en la cantidad de información, sino en la calidad de nuestro pensamiento.

Sole Corbière

Directora de CORBIERE & Co. -technical recruitment-

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